Imagen: Médicos del Mundo
¡Feliz cumpleaños, Firas! Hoy cumples un año. Tienes los ojos grandes y oscuros, las mejillas todavía redondas, balbuceas unas pocas palabras y cuando te apoyas sobre la mesa ya puedes ponerte de pie, lo que te da mucha alegría.
Firas, eres un niño normal. Un niño.
Sin embargo, durante los cincuenta primeros días de tu vida, más de dos mil personas de la región donde vives fueron asesinadas durante la guerra. Más de quinientas eran niños. 12.400 casas fueron destrozadas; unas de ellas pertenecía a tus padres. Podemos pensar que eres tan joven que no sabías de la angustia de tu madre bajo una lluvia de bombas, de las pesadillas de tus hermanos, del miedo y de la frustración de tus padres, que no sabían cómo protegeros. Podemos pensar que no tendrás ningún recuerdo de esto en el futuro. Pero en realidad, nadie lo sabe con certeza.
Hoy cumples un año, y tu casa aún no se ha reconstruido. Otras 17.600 familias están en la misma situación, esperando en casas de acogida provisionales, en caravanas o en tiendas de campaña. Un papel con el apellido familiar y una foto del antiguo edificio en el que vivíais están pegados en vuestra tienda, para no que se olvide de dónde venís.
Probablemente a tu edad no te das cuenta, pero las personas que formamos parte de Médicos del Mundo nos preocupamos por ti. Vives en un territorio sometido a un bloqueo. Esta palabra vas a escucharla a menudo. Es una palabra que tiene miles de facetas. Por ejemplo, significa que incluso después de la guerra, resulta difícil conseguir materiales de construcción. ¿Tu parvulario será reconstruido a tiempo para el próximo curso? ¿Las clínicas serán rehabilitadas para que puedas ir cuando estés enfermo? El bloqueo significa también que el agua que bebes no es del todo potable, que sólo tienes acceso a la electricidad durante ocho horas al días, y que nadie se sabe si recibirás los medicamentes que necesitas. Probablemente a tu edad no te das cuenta, pero nosotros nos preocupamos por ti.
Y sobre todo, Firas, nos preguntamos: ¿cómo vamos a explicarte esto cuando seas más mayor y nos preguntes? Habrá que contarte que te quedaste sin hogar porque había tantas restricciones para la importación de cemento que fue dificilísimo poder construir tu primera habitación. No tendrás derecho a salir de Gaza; vivirás dentro de una gran prisión. No podrás ver a tu familia, a pesar de que vive sólo a sesenta kilómetros, en Cisjordania. No jugarás cerca de la frontera, para no exponerte a recibir un disparo. Tampoco jugarás en los escombros de los edificios destruidos, para no arriesgarte a encontrar un artefacto explosivo perdido después de la última la guerra. Tu padre te hablará de su empresa, que quebró poco después del bloqueo porque no se podía exportar nada. Te lo contará con gran tristeza y tendrás que entender lo que le atormenta. Tendrás que entender lo que significa para un hombre no tener trabajo, el impacto sobre su orgullo y su moral. Y es que en Gaza un cuarenta y cuatro por ciento de las personas están en situación de paro, lo que representa la tasa más elevada del mundo. Lo descubrirás muy pronto.
Este bloqueo perdura desde hace ocho años e impide toda entrada o salida de bienes desde y hacia Gaza. El Producto Interior Bruto (PIB) bajó más de un cincuenta por ciento, y en estos últimos seis años se han sufrido tres conflictos, un ochenta por ciento de los habitantes de la Franja dependen de la asistencia humanitaria internacional, un treinta y nueve por ciento viven por debajo del umbral de pobreza, el setenta por ciento padecen inseguridad alimentaria.
Demasiados números para un niño como tú. Habrá que acostumbrarse: siempre se habla del bloqueo con números. Tú vas a vivir con él.
Firas, queremos desearte un feliz cumpleaños, pero ya lo sabes, es delicado. Como organización humanitaria que somos, haremos todo lo posible para continuar apoyándote. Como personas, quedaremos impresionados ante tu capacidad de superar las adversidades, de adaptarte y salir adelante a pesar de todo. Porque lo sabemos, serás tan fuerte y determinado como tus padres, tus hermanos y hermanas y tus vecinos.
Lo que nos exaspera, Firas, es que lo que estás sufriendo no es una fatalidad. Este bloqueo está impuesto por Israel, un país que tiene vínculos comerciales y políticos con la Unión Europea y con Estados Unidos. El bloqueo supone un castigo colectivo, porque afecta a civiles sin hacer distinciones. Nuestros Estados firmaron tratados internacionales reconociendo que esta situación es ilegal, porque no se puede penalizar a alguien a causa del lugar donde nació. Ningún argumento relacionado con la seguridad puede justificar hacerte vivir así. Además, la seguridad no sólo no ha mejorado, sino que ha empeorado en los últimos años: las guerras se han multiplicado, no se parece que haya ninguna relación entre el intercambios de disparos y la intensidad de los controles, y la frustración que crece a ambos lados de la valla no es, desde luego, ninguna garantía de tranquilidad para el futuro.
Parece que Europa desea reactivar un proceso de paz entre israelíes y palestinos, pero Gaza es también Palestina. A la Unión Europea hay que exigirle que sea coherente con los valores que proclama y que actúe en consecuencia, poniendo los derechos humanos en el centro de cualquier negociación. Porque, ¿cómo se puede imaginar una perspectiva para la paz sin respetar tus derechos más básicos, Firas? ¿Sin respetar los derechos de un tercio de las y los palestinos, que están rodeados por presencia militar y aislados en este pequeño territorio? ¿No ignoran las guerras los derechos humanos? El ataque a Gaza, sí que contravino, desde luego, el Derecho Internacional Humanitario.
Firas, -hay que reconocerlo- no eres real. No eres un niño que acaba de celebrar su primer cumpleaños en Gaza. Eres la representación de centenares de miles de niños y niñas que están encerrados en la Franja a día de hoy y a los que queremos visibilizar. Ante los Gobiernos europeos, las instituciones internacionales, ante cualquiera que tenga previsto negociar pronto tu futuro. Porque desearíamos que no solo se acuerden de los números, sino que piensen también en ti. Mientras tanto, exigimos una vez más el levantamiento del bloqueo sobre Gaza. Para que, aun sin casa y sin libertad de movimientos, tu familia y tú podáis vivir con algo más de dignidad.