LUNES: A estas alturas de febrero es bastante duro descubrir que te has dejado las ganas de trabajar en el año pasado. Ahora ve tú y encuéntralas.
MARTES: Curiosidades del reino animal. A los elefantes les encanta el pan Bimbo. No lo comen más a menudo porque lo pasan fatal para quitar con la trompa el alambrito.
MIÉRCOLES: No es la mejor forma de empezar el día. Plástico termosellado, tapón de seguridad, estaño soldado de apertura impracticable. Acabas por no saber si estás abriendo una botella de zumo de naranja o atracando una joyería.
JUEVES: No hay milagros. Hay lorzas y michelines eternos como las pirámides. Adelgazas y siguen allí, desafiando al tiempo, enigmáticos como la esfinge.
VIERNES: El gen chicha, peculiaridad genética de los hombres que frente a un plato de verduras, hace que nos preguntemos siempre mosqueados: ¿y la chicha? ¿A esto no le falta un poquito de jamón?
SÁBADO: Yo en la cosa de la parapsicología, los fenómenos paranormales y eso, bueno, me defiendo pero poco más. Estoy haciendo un cursillo pero aún me lío un poco entre telepatía, telekinesia y esas cosas. Lo típico, quiero mover una lata con el poder de mi mente, lo que vendría siendo telekinesia, y en realidad le estoy transmitiendo mis pensamientos y contándole, de mente a mente, en plan telepático, cómo fue mi tarde del domingo. Y claro, la lata no sólo no viene volando por los aires, sino que además se me deprime, porque mis domingos son para verlos. Pero vaya, que voy tirando. Pirokinesia, que es eso de hacer fuego con el poder de la mente, que me parecía muy útil para la cocina, me ha quedado pendiente para el siguiente cuatrimestre, pero como los del cursillo por correspondencia son muy amables y se preocupan mucho por el alumnado, me han dicho que no me agobie y me han mandado un mechero Bic para que vaya saliendo del paso. Vamos, que ahí estoy. La cosa es que estaba hoy repasando las cosas del blog y he tenido un sucedido, un fenómeno de esos raros en plan Cuarto Milenio. Se me ha aparecido una receta. De la nada. Bueno de la nada no, porque estaba. Pero estaba como en plan espíritu, sin su enlace al astuto índice, levitando por ahí perdida en el inframundo. Una lástima porque me parece una receta muy chula, así que he decidido rescatarla. Además, oye, que como es fantasmagórica, seguro que no engorda. Creo que he inventado la cocina parapsicológica, seguro que el año que viene me la copian en el Madrid Fusión.
(Puedes ver la receta AQUÍ)
DOMINGO: Sol de invierno en El Puerto de Santa María. Cierras los ojos, sientes el calor en las mejillas, y comprendes que verano es el nombre secreto de la esperanza.
MARTES: Curiosidades del reino animal. A los elefantes les encanta el pan Bimbo. No lo comen más a menudo porque lo pasan fatal para quitar con la trompa el alambrito.
MIÉRCOLES: No es la mejor forma de empezar el día. Plástico termosellado, tapón de seguridad, estaño soldado de apertura impracticable. Acabas por no saber si estás abriendo una botella de zumo de naranja o atracando una joyería.
JUEVES: No hay milagros. Hay lorzas y michelines eternos como las pirámides. Adelgazas y siguen allí, desafiando al tiempo, enigmáticos como la esfinge.
VIERNES: El gen chicha, peculiaridad genética de los hombres que frente a un plato de verduras, hace que nos preguntemos siempre mosqueados: ¿y la chicha? ¿A esto no le falta un poquito de jamón?
SÁBADO: Yo en la cosa de la parapsicología, los fenómenos paranormales y eso, bueno, me defiendo pero poco más. Estoy haciendo un cursillo pero aún me lío un poco entre telepatía, telekinesia y esas cosas. Lo típico, quiero mover una lata con el poder de mi mente, lo que vendría siendo telekinesia, y en realidad le estoy transmitiendo mis pensamientos y contándole, de mente a mente, en plan telepático, cómo fue mi tarde del domingo. Y claro, la lata no sólo no viene volando por los aires, sino que además se me deprime, porque mis domingos son para verlos. Pero vaya, que voy tirando. Pirokinesia, que es eso de hacer fuego con el poder de la mente, que me parecía muy útil para la cocina, me ha quedado pendiente para el siguiente cuatrimestre, pero como los del cursillo por correspondencia son muy amables y se preocupan mucho por el alumnado, me han dicho que no me agobie y me han mandado un mechero Bic para que vaya saliendo del paso. Vamos, que ahí estoy. La cosa es que estaba hoy repasando las cosas del blog y he tenido un sucedido, un fenómeno de esos raros en plan Cuarto Milenio. Se me ha aparecido una receta. De la nada. Bueno de la nada no, porque estaba. Pero estaba como en plan espíritu, sin su enlace al astuto índice, levitando por ahí perdida en el inframundo. Una lástima porque me parece una receta muy chula, así que he decidido rescatarla. Además, oye, que como es fantasmagórica, seguro que no engorda. Creo que he inventado la cocina parapsicológica, seguro que el año que viene me la copian en el Madrid Fusión.
(Puedes ver la receta AQUÍ)
DOMINGO: Sol de invierno en El Puerto de Santa María. Cierras los ojos, sientes el calor en las mejillas, y comprendes que verano es el nombre secreto de la esperanza.