Por tuits como este: "El próximo 13 de mayo sería el cumpleaños de Miguel Ángel Blanco, pero oooh ETA le metió dos tiros en la chola #quesejoda #pudrete", se ha detenido a 21 personas acusadas de enaltecimiento del terrorismo. Por otros como este, "Lo de Pilar Manjón es infame. Cada día dudo más que el hijo de esa tipeja fuese el 11M en 1 tren... deplorable su actitud" o "@agarzon aunque pensándolo bien matarte a ti o a todos los de tu calaña nos va a salir igual d caro! Igual no va a ser tan malo... payaso", no se ha detenido a nadie. "Me han dicho hasta que me pueden pegar un tiro en la cabeza a mi o a mi familia", reconoce Ada Colau, de la PAH, una de las líderes sociales contra la que más se carga públicamente.
Llama la atención que entre las detenciones de la operación Araña que ha puesto en marcha la Guardia Civil y el juez Eloy Moreno no se encuentre ningún vinculado a amenazas filonazis o de exaltación de la violencia vinculados a la extrema derecha, e incluso a miembros de Nuevas Generaciones (NNGG), las juventudes del PP, quienes en concreto escribieron los tuits con que hemos comenzado, contra el diputado de IU, Alberto Garzón, y la presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo. Un informe de la Oficina de Atención a la Discapacidad, dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha sido el detonante de las detenciones, y ha tenido más éxito que las reiteradas denuncias de otros afectados, tal y como lo cuentan ellos mismos. Pilar Manjón asegura: "Jamás han abierto diligencias por las amenazas que he recibido. He ido a la Audiencia Nacional con querellas y la Fiscalía siempre me ha informado de todas negativamente. Me han llamado hasta filoterrorista. He recibido mensajes en los que dicen que brindan con los que han desmembrado a mi hijo... Nunca he tenido éxito con la Fiscalía. Parece que el artículo de especial protección a las víctimas debe de funcionar solo en una dirección. Por eso yo voy directamente a plaza de Castilla como cualquier ciudadano. Vi en el último congreso de Nuevas Generaciones a Luis Gutiérrez, el que escribió que dudaba de que mi hijo fuera en el tren. Me habían dicho que le iban a expulsar".
Rafael Hernando, portavoz adjunto del PP en el Congreso, también tiene la idea de que se le expulsó, como al que amenazó a Garzón: "Los violentos son todos deplorables. Aunque una cosa es que hagas una declaraciones desafortunadas y otra, casos concretos de enaltecimiento del terrorismo. Twitter es un medio nuevo y hay que tomar medidas. A mí me dicen de todo, hasta se han celebrado dos juicios por un chaval de Guadalajara que me amenazó por correo. Los medios, y sobre todo las televisiones, tienen una responsabilidad. Cada vez que me saca Wyoming con la memoría histórica, no veas como me ponen". Se refiere a su comentario de "algunos se han acordado de sus padres cuando ha habido subvenciones para encontrarlos".
Precisamente a la capacidad de agitar desde los medios se refiere Garzón: "A raíz de un comentario de la sentencia de Tribunal Europeo sobre la doctrina Parot recibí multitud de amenazas de muerte, no solo de un niño pijo de NNGG. Lo denuncié a la Policía junto con un dosier, y de hecho me dijeron que tuviera cuidado porque detrás había gente de extrema derecha peligrosa. Me recomendaron no ir a la tele en una temporada, ni en metro, y caminar por calles transitadas. Mientras, Alfonso Rojo o Eduardo Inda justificaban que me amenazaran dado el comentario que yo había hecho. No se detuvo a nadie ni he tenido más noticias. Hay una doble moral según la ideología. Cuando las amenazas vienen de la extrema derecha se justifican como libertad de expresión y algo normal. Primero se genera un clima y luego se dice que son chiquilladas".
La denuncia de Ada Colau es similar a la de Garzón: "Hace poco en la Sexta, tuve que soportar que Eduardo Inda me dijera que tengo que disculparme con las víctimas de ETA, cuando yo jamás he estado metida en ese mundo. Todo a raíz de que la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, hiciera una declaraciones tildándome de filoetarra. A mí nadie me ha preguntado nunca por las amenazas que recibo pero yo sí he demandado a Cifuentes por esas declaraciones. He recibido fotos trucadas sobre mi hijo, como si le fueran a pegar un tiro en la cabeza, pero los Mossos d'Esquadra no pudieron detectar de dónde venían. Mientras que Cifuentes, en la causa civil que tenemos abierta, defiende la libertad de expresión frente al derecho al honor cuando me acusó de ser filoetarra, sin embargo ella acaba de pedir cuatro años para un chaval que la ha insultado en Twitter".
Esas diferencias de criterio respecto a lo que para unos es libertad de expresión y para otros un delito, y que tanto debate público están provocando en las redes sociales desde que se conocieran las detenciones, se concreta en casos como el de Pilar Manjón. "Tengo informes que dicen que a mí se me puede insultar salvo en caso de terrorismo yihadista. Mis abogados y yo no entendemos nada. Recién llegado este ministro de Interior, me llamaron para quitarme la escolta, me dijeron que yo ya no cumplía los baremos de seguridad porque ETA ya había dejado de matar. Eso sí, añadieron que tuviera cuidado los 11 de cada mes, sobre todo al abrir los correos y las cartas".
Entonces, si ETA ya no es un problema de Estado, tal y como le comunicó Interior a Manjón, y solo al 0,9% de los españoles les preocupa el terrorismo frente al 44% de indignados con la corrupción -según el CIS-, ¿a qué responde una operación tan mediática contra el enaltecimiento del terrorismo? Para Antonio Camacho, último ministro del Interior de Zapatero, "las detenciones se producen en grupo porque causan más efecto mediático que de uno en uno. Además, hay que diferenciar entre enaltecimiento del terrorismo e injurias". Alberto Garzón, lo tiene claro: "Hay interés en agrandar un problema que para la gente es casi inexistente. Es una cortina de humo". También un aviso a navegantes y aperitivo a la Ley de Seguridad Ciudadana de Fernández Díaz.
Llama la atención que entre las detenciones de la operación Araña que ha puesto en marcha la Guardia Civil y el juez Eloy Moreno no se encuentre ningún vinculado a amenazas filonazis o de exaltación de la violencia vinculados a la extrema derecha, e incluso a miembros de Nuevas Generaciones (NNGG), las juventudes del PP, quienes en concreto escribieron los tuits con que hemos comenzado, contra el diputado de IU, Alberto Garzón, y la presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo. Un informe de la Oficina de Atención a la Discapacidad, dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha sido el detonante de las detenciones, y ha tenido más éxito que las reiteradas denuncias de otros afectados, tal y como lo cuentan ellos mismos. Pilar Manjón asegura: "Jamás han abierto diligencias por las amenazas que he recibido. He ido a la Audiencia Nacional con querellas y la Fiscalía siempre me ha informado de todas negativamente. Me han llamado hasta filoterrorista. He recibido mensajes en los que dicen que brindan con los que han desmembrado a mi hijo... Nunca he tenido éxito con la Fiscalía. Parece que el artículo de especial protección a las víctimas debe de funcionar solo en una dirección. Por eso yo voy directamente a plaza de Castilla como cualquier ciudadano. Vi en el último congreso de Nuevas Generaciones a Luis Gutiérrez, el que escribió que dudaba de que mi hijo fuera en el tren. Me habían dicho que le iban a expulsar".
Rafael Hernando, portavoz adjunto del PP en el Congreso, también tiene la idea de que se le expulsó, como al que amenazó a Garzón: "Los violentos son todos deplorables. Aunque una cosa es que hagas una declaraciones desafortunadas y otra, casos concretos de enaltecimiento del terrorismo. Twitter es un medio nuevo y hay que tomar medidas. A mí me dicen de todo, hasta se han celebrado dos juicios por un chaval de Guadalajara que me amenazó por correo. Los medios, y sobre todo las televisiones, tienen una responsabilidad. Cada vez que me saca Wyoming con la memoría histórica, no veas como me ponen". Se refiere a su comentario de "algunos se han acordado de sus padres cuando ha habido subvenciones para encontrarlos".
Precisamente a la capacidad de agitar desde los medios se refiere Garzón: "A raíz de un comentario de la sentencia de Tribunal Europeo sobre la doctrina Parot recibí multitud de amenazas de muerte, no solo de un niño pijo de NNGG. Lo denuncié a la Policía junto con un dosier, y de hecho me dijeron que tuviera cuidado porque detrás había gente de extrema derecha peligrosa. Me recomendaron no ir a la tele en una temporada, ni en metro, y caminar por calles transitadas. Mientras, Alfonso Rojo o Eduardo Inda justificaban que me amenazaran dado el comentario que yo había hecho. No se detuvo a nadie ni he tenido más noticias. Hay una doble moral según la ideología. Cuando las amenazas vienen de la extrema derecha se justifican como libertad de expresión y algo normal. Primero se genera un clima y luego se dice que son chiquilladas".
La denuncia de Ada Colau es similar a la de Garzón: "Hace poco en la Sexta, tuve que soportar que Eduardo Inda me dijera que tengo que disculparme con las víctimas de ETA, cuando yo jamás he estado metida en ese mundo. Todo a raíz de que la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, hiciera una declaraciones tildándome de filoetarra. A mí nadie me ha preguntado nunca por las amenazas que recibo pero yo sí he demandado a Cifuentes por esas declaraciones. He recibido fotos trucadas sobre mi hijo, como si le fueran a pegar un tiro en la cabeza, pero los Mossos d'Esquadra no pudieron detectar de dónde venían. Mientras que Cifuentes, en la causa civil que tenemos abierta, defiende la libertad de expresión frente al derecho al honor cuando me acusó de ser filoetarra, sin embargo ella acaba de pedir cuatro años para un chaval que la ha insultado en Twitter".
Esas diferencias de criterio respecto a lo que para unos es libertad de expresión y para otros un delito, y que tanto debate público están provocando en las redes sociales desde que se conocieran las detenciones, se concreta en casos como el de Pilar Manjón. "Tengo informes que dicen que a mí se me puede insultar salvo en caso de terrorismo yihadista. Mis abogados y yo no entendemos nada. Recién llegado este ministro de Interior, me llamaron para quitarme la escolta, me dijeron que yo ya no cumplía los baremos de seguridad porque ETA ya había dejado de matar. Eso sí, añadieron que tuviera cuidado los 11 de cada mes, sobre todo al abrir los correos y las cartas".
Entonces, si ETA ya no es un problema de Estado, tal y como le comunicó Interior a Manjón, y solo al 0,9% de los españoles les preocupa el terrorismo frente al 44% de indignados con la corrupción -según el CIS-, ¿a qué responde una operación tan mediática contra el enaltecimiento del terrorismo? Para Antonio Camacho, último ministro del Interior de Zapatero, "las detenciones se producen en grupo porque causan más efecto mediático que de uno en uno. Además, hay que diferenciar entre enaltecimiento del terrorismo e injurias". Alberto Garzón, lo tiene claro: "Hay interés en agrandar un problema que para la gente es casi inexistente. Es una cortina de humo". También un aviso a navegantes y aperitivo a la Ley de Seguridad Ciudadana de Fernández Díaz.