Resulta bastante evidente que la actitud con la que comenzamos el día por la mañana marcará el desarrollo de los acontecimientos durante el resto del día, no tanto por lo que ocurra, sino por la percepción que tengamos de lo que sucede. Os proponemos una serie de hábitos que harán que vuestro día se torne más agradable y productivo desde el momento mismo en que suena el despertador.
1. Acuéstate pronto la noche anterior. Es tentador quedarse despierto hasta tarde cuando todos duermen y la casa está en silencio. Pero trasnochar pasa factura al día siguiente. Habituarse a dormir las horas que el cuerpo necesita es la mejor manera de empezar bien el día. Entre las 22:00 y las 23:00 es una buena hora para coger el sueño.
2. Madruga. Levantarse temprano y con calma. Pon el despertador un rato antes de lo habitual. Puede que cuando suene por la mañana sientas deseos de seguir durmiendo, pero te animamos a que tu voluntad sea más fuerte que la pereza y sigas adelante con las demás prácticas.
3. Sé agradecido. Dedica el primer pensamiento del día a agradecer la vida que tienes, con toda su belleza y también tus miserias, de las que aprendes cada día. Da gracias por tener a tu alrededor gente que te quiere y en quien puedes apoyarte, y agradece el nuevo día que se presenta como un regalo más.
4. Medita. Siéntate en un lugar elegido para ello, limpio en el que no vayas a ser molestado o distraído. Medita durante 20 o 30 minutos, o sólo 10 si no tienes más tiempo. Puedes poner una alarma para no tener que estar pendiente de la hora. Si no o has hecho nunca: siéntate en una postura cómoda con la espalda recta. Relaja el abdomen y respira libremente. Pon tu atención mental en la respiración, concretamente en la sensación que se produce en tus fosas nasales cuando el aire entra y sale. Cada vez que tu mente se distraiga con otra cosa, sólo vuelve a la respiración. Una y otra vez. Amablemente y sin reproches.
5. Practica el Saludo al Sol o Suryanamaskar. El Saludo al Sol es una práctica de Yoga, una secuencia de posturas que se realizan de manera encadenada y fluida, siempre guiadas por la respiración. Es perfecto para hacerlo por la mañana y desentumecer el cuerpo. Tiene multitud de beneficios para el cuerpo y la mente y no te llevará más de unos minutos. Puedes hacer tantos ciclos como quieras o te permita el reloj. Empieza más lento y a medida que tu cuerpo vaya calentándose incrementa la intensidad.
6. Toma un desayuno completo. Dedica el tiempo necesario a alimentar tu cuerpo. Dicen que el desayuno es la comida más importante del día, y si has conseguido levantarte temprano, meditar y después hacer un poco de yoga, a estas horas debes estar hambriento. Evita tomar un café y salir corriendo. Si tomas fruta, que sea lo primero, mientras preparas lo demás, dará tiempo a que se digiera. Después lo que tomes habitualmente, cereales, muesli, tostadas, café te o infusión.
7. Regala amabilidad. Dedica una sonrisa, un abrazo, un momento de ternura a los miembros de tu familia. Si vives solo, hazlo con la persona que te apetezca, el portero, un compañero de trabajo, amigo o vecino. Recuerda que la vida es como un boomerang, aquello que damos nos será devuelto.
El famoso empezar el día con buen pie es responsabilidad nuestra, y no un regalo venido del cielo.
1. Acuéstate pronto la noche anterior. Es tentador quedarse despierto hasta tarde cuando todos duermen y la casa está en silencio. Pero trasnochar pasa factura al día siguiente. Habituarse a dormir las horas que el cuerpo necesita es la mejor manera de empezar bien el día. Entre las 22:00 y las 23:00 es una buena hora para coger el sueño.
2. Madruga. Levantarse temprano y con calma. Pon el despertador un rato antes de lo habitual. Puede que cuando suene por la mañana sientas deseos de seguir durmiendo, pero te animamos a que tu voluntad sea más fuerte que la pereza y sigas adelante con las demás prácticas.
3. Sé agradecido. Dedica el primer pensamiento del día a agradecer la vida que tienes, con toda su belleza y también tus miserias, de las que aprendes cada día. Da gracias por tener a tu alrededor gente que te quiere y en quien puedes apoyarte, y agradece el nuevo día que se presenta como un regalo más.
4. Medita. Siéntate en un lugar elegido para ello, limpio en el que no vayas a ser molestado o distraído. Medita durante 20 o 30 minutos, o sólo 10 si no tienes más tiempo. Puedes poner una alarma para no tener que estar pendiente de la hora. Si no o has hecho nunca: siéntate en una postura cómoda con la espalda recta. Relaja el abdomen y respira libremente. Pon tu atención mental en la respiración, concretamente en la sensación que se produce en tus fosas nasales cuando el aire entra y sale. Cada vez que tu mente se distraiga con otra cosa, sólo vuelve a la respiración. Una y otra vez. Amablemente y sin reproches.
5. Practica el Saludo al Sol o Suryanamaskar. El Saludo al Sol es una práctica de Yoga, una secuencia de posturas que se realizan de manera encadenada y fluida, siempre guiadas por la respiración. Es perfecto para hacerlo por la mañana y desentumecer el cuerpo. Tiene multitud de beneficios para el cuerpo y la mente y no te llevará más de unos minutos. Puedes hacer tantos ciclos como quieras o te permita el reloj. Empieza más lento y a medida que tu cuerpo vaya calentándose incrementa la intensidad.
6. Toma un desayuno completo. Dedica el tiempo necesario a alimentar tu cuerpo. Dicen que el desayuno es la comida más importante del día, y si has conseguido levantarte temprano, meditar y después hacer un poco de yoga, a estas horas debes estar hambriento. Evita tomar un café y salir corriendo. Si tomas fruta, que sea lo primero, mientras preparas lo demás, dará tiempo a que se digiera. Después lo que tomes habitualmente, cereales, muesli, tostadas, café te o infusión.
7. Regala amabilidad. Dedica una sonrisa, un abrazo, un momento de ternura a los miembros de tu familia. Si vives solo, hazlo con la persona que te apetezca, el portero, un compañero de trabajo, amigo o vecino. Recuerda que la vida es como un boomerang, aquello que damos nos será devuelto.
El famoso empezar el día con buen pie es responsabilidad nuestra, y no un regalo venido del cielo.
ADEMÁS: